Ser feliz.

El anhelo esencial en la vida de cada ser humano es la felicidad.

 

Es LA prioridad humana número 1 de la cual no paramos de hablar, de cantar, de escribir, de representar en obras a lo largo de los días, incansablemente.

 

El problema es que nadie ha podido jamás realmente decir cómo hacer para llegar a este estado. Cada uno da su opinión, su receta, sus consejos, su testimonio pero muchas veces es parcial, individual y efímero.

 

Unos dicen que la felicidad se encuentra en otra persona: todos los muchos que dicen que viviendo con su pareja, sus padres, sus amigos, sus mascotas están felices, son de estos.

 

Otros dicen que la felicidad está en las cosas: un carro, una casa, un nuevo vestido, unos zapatos de marca, un reloj fino, un collar de perlas, eso los hacen felices.

 

Otros buscan la felicidad en otras latitudes: viajar 3 veces al año en lugares exóticos como China, Emiratos Árabes o Australia, ver de sus ojos y caminar el Sahara, la Patagonia, el Everest, las playas de la Costa Azul, los llena de alegría, de conocimientos y de hermosos relatos.

 

Otros se acercan al placer de los sentidos: el comer, el beber, el dormir, la actividad sexual, la evasión ficticia o la adrenalina los atraen tanto que se dice que están dichosos.

 

Otros hablan de la felicidad como poder: ser líder de una gran empresa, de un sindicato, de un equipo de fútbol; presidente de un país, de una corporación, de una fundación; ser miembro respetado de un club selecto, de una confraternidad, de una universidad renombrada, de una profesión….los suben al cielo por tantos méritos y medallas recibidos.

 

Finalmente, muchos hacen un cóctel de lo anterior y tratan de llenar sus existencias así.

 

Las ganas de alcanzar este estado tan envidiado es tal que cuando se siente que no lo estamos logrando nos desesperamos tanto que nos volcamos hacia el otro lado: nos peleamos y nos separamos de las personas que amamos, nos compramos de todo en todos los almacenes del lugar como buen comprador impulsivo, ya no estamos en casa porque siempre estamos entre 2 aviones, nos encerramos en nosotros mismo cayendo en todos los excesos, nos volvamos creído, intocable y de mal genio…

 

Todas estas cosas suceden porque NO hemos podido entender lo que es la felicidad. Porque la buscamos en todas partes menos donde realmente está.

La felicidad NO está afuera de uno mismo, en personas, en productos, en viajes, en paraísos artificiales, en estatus y alabanzas. NO.

 

La felicidad está en uno mismo.

 

Está en buscar realizar lo mejor con lo que Dios nos ha dado, nuestros talentos, nuestros sentimientos y nuestra manera de ser. Con esfuerzos y dedicación.

 

Está en el camino que El Hijo nos vino a mostrar: en el amor verdadero - primero de sí-mismo, después del otro que veo, por fin de Dios que no veo -.

 

Está en la humildad de reconocerse pequeño, no tan perfecto, hecho de blanco y negro para un gris algo borroso.

 

Está en el servir y no en el ser servido. Dar y no recibir. Ofrecer la vida y no cobrarla caro. Presentar la mejilla izquierda y no luchar con violencia, corrupción y engaños. Ser pobre de corazón y no rico y altanero de espíritu.

 

Está en realizarlo luchando juntos con otros que comparten esta misma búsqueda y no sólito en individual, egoísta.

 

Si todo lo que hemos probado para ser feliz hasta hoy no parece estar dando los frutos esperados y el estado de felicidad desbordante que podríamos esperar, ¿Por qué no cambiamos de método? A ver si algún día alcanzamos la verdadera dicha.