SOY RESPONSABLE

Frente a los actos terroristas de este viernes 13 de noviembre 2015 en Paris y más allá, frente a todos los actos de barbarie registrados en nuestro país y en el mundo, hoy me siento responsable.

 

Responsable de no haber hecho nada, responsable de haberme quedado indiferente, responsable de cobardía, responsable de que mi fe, mi creencia en Jesus de Nazaret no me haya dado suficiente valor para actuar.

 

¿Cómo podía haber actuado para evitar hechos ocurridos a 18000 kilómetros de distancia?

¿Cómo podía haber actuado para evitar desplazamientos y violencia a 100-200-500 kilómetros de mi casa, en las zonas rurales del país?

¿Cómo podía haber actuado para evitar expendios de drogas, prostitución, robos, atracos, corrupción, desnutrición y pobreza extrema a escasas cuadras de mi cómodo hogar, en las calles de mi ciudad?

¿Cómo podía haber actuado para evitar peleas, incomunicación, gritos, desamor a metros de mi televisor o de mi computador, en mi familia?

 

Pienso que demuestra mi falencia a ser sensible, a conmoverme por el otro, a amar a mi prójimo como a mí mismo, en una palabra a ser coherente con lo que digo profesar: la fe en Cristo.

La fe en Cristo que mueve montañas, que cura leprosos, que da sentido a mi vida no la supe vivir. Y más: no la supe transmitir, no la supe compartir. Para que víctimas y victimarios hayan adquirido un sentido en la vida que yo digo haber encontrado.

Ayer no fui fermento en la masa, no fui luz en el caminar, no fui agua viva, no fui buen pastor, no fui padre misericordioso, mi fui buen samaritano, ni siquiera fui buen ladrón. El miedo me apago todas estas buenas intenciones que tenía y que TU me habías dado, Señor.

 

Ser cristiano, ser salvatoriano laico, ser candidato al diaconado permanente, ser enamorado de TI, es orar contigo, es actuar como TU, es buscar en lo más profundo de mi ser las maneras simples y eficaces de hacer llegar TU mensaje a la gente sin rumbos, a la gente que Te necesitan, a mi gente, a TU gente, a nuestra gente.

Hoy tengo esta responsabilidad frente a un mundo sin Dios, a un mundo en guerra, a un mundo llenándose de terror porque no he sido capaz de hacerles llegar TU Buena Nueva, porque no he sabido, porque me extravié en placeres y en riquezas, porque me idolatre a mí mismo, porque me falto amor, de ese amor que TU regaste a profusión en mí y que no fui hábil a difundir.

 

Señor, a través de los eventos dramáticos de la televisión me demostraste mi derrota a haberTe hecho conocer, a haber enseñado TUS palabras y haber vivido TU amor. También me los dejas como desafío. Desafío que te prometo encarar en mejorar la vida de miles de mis hermanos, empezando con los más cercanos.

 

Y si todos los que dicen creer en TI hacen lo mismo, poco a poco instauraremos nuevamente el paraíso terrenal.